ULTRAMARATON POR LA TELETÓN 130K PURO CORAZON

La noche del 1 de diciembre del 2012 un grupo de deportistas pretendían unir corriendo el centro Teletón de Santiago con el de Valparaíso en un circuito de 130 kilómetros, pero la iniciativa solidaria fue abruptamente interrumpida por la conducción de una persona en estado de ebriedad que atropelló a 10 corredores, falleciendo tres de ellos en el lugar.

Luego de un año de muchos kilómetros, participando de distintas competencias, desafíos y carreras de ultra distancia, a Juan Pablo Muñoz, Director de Mundo Running, se le ocurrió colaborar con la Teletón 2012 a través de un ultramaratón que reuniera recursos para los niños discapacitados. La travesía buscaría representar el esfuerzo que los menores y sus familias realizan diariamente para la rehabilitación, y cada kilómetro sería en honor a ellos.

La iniciativa comenzó a ser difundida y prontamente comenzaron a sumarse destacados corredores. El primero de ellos fue Duilio De Lapeyra, quien durante el primer semestre había realizado el desafío “Voy por Mil” en beneficio de las víctimas del terremoto en el sur de Chile, y donde Mundo Running había colaborado como Media Partner. Ambos amigos afinaron los detalles para esta nueva aventura deportiva, sumando auspiciadores, recursos y muchos entusiastas corredores que deseaban participar del ultramaratón. El interés de sumarse voluntariamente a acompañar a Juan Pablo y Duilio en parte de la ruta era tan alto que decidieron realizar un 10K por Santiago para luego continuar el desafío de 130K. Esa noche más de cien personas acompañaron a los deportistas en el primer tramo, desde el instituto Teletón hasta el Palacio de La Moneda para retornar a Metro Ecuador. Posteriormente un grupo menor continuó el recorrido por la Ruta 68 hacia Valparaíso. “Recuerdo que los primeros kilómetros fueron de felicidad plena, muchos corredores, las personas en las calles dándonos ánimo, aplaudiendo, gritando, desde los edificios de la Ruta 68 había personas con pancartas y banderas de Chile saludándonos, la noche estaba llena de alegría, solidaridad y mucha energía por lograr la meta de llegar al instituto Teletón de la V Región. Cerca del kilómetro 6 de la autopista le comento a Gonzalo Arredondo, uno de los corredores más adultos que nos acompañaban y que iba a realizar el desafío completo junto a nosotros, que me ayude a apurar el paso del grupo, así que comenzamos a correr más rápido diciéndoles a los chicos que subieran la velocidad de trote entre bromas y risas… Ese es el último recuerdo que tengo de esa noche. Al abrir los ojos nuevamente ya estaba en la clínica”, señala Juan Pablo Muñoz, ultramaratonista que resultó con TEC grave, fractura mandibular doble, y fractura de varias vértebras producto del atropello.

Las pericias policiales registraron que el conductor manejaba sin licencia de conducir, a exceso de velocidad, y en evidente estado de ebriedad, con 2,42 gramos de alcohol por litro de sangre. La investigación judicial concluyó con la sentencia a 10 años de cárcel para el chofer del vehículo que ocasionó la muerte de Jorge Sepúlveda, Juan Aguilar y Cristian Bahamondes, entregando cierta tranquilidad a las familias, y al resto de los sobrevivientes. “Es la pena máxima que se ha otorgado, con la ley antigua, a una persona que maneja ebria y ocasiona muerte y lesiones graves. En ese sentido nos deja tranquilos la resolución, nunca antes en el país se había otorgado una sentencia así en este tipo de atropello, pero claramente es insuficiente el castigo, ya que el conductor dejó tres familias sin sus padres, algo terrible e impensado al momento de plantearnos el desafío. Afortunadamente este hecho y el caso de Emilia sirvieron para endurecer las penas y cambiar la ley en relación con la conducción de vehículos en estado de ebriedad”, agrega Juan Pablo Muñoz.  

Cada uno de los corredores que sobrevivieron al atropello demostraron su gran capacidad de resiliencia, y con el tiempo han desarrollado distintos proyectos personales, laborales y deportivos que demuestran que con voluntad y esfuerzo es posible levantarse de una situación tan dramática como el atropello sufrido la noche del 1 de diciembre del 2012.