Beneficios de correr por cuestas

Cualquier disciplina deportiva requiere de un entrenamiento efectivo que les permita a los atletas ser cada vez mejores en su desempeño. Normalmente, con el pasar del tiempo, se exijan más para hacerse más competentes y asumir nuevos retos en el deporte que practican.

Entonces, para los corredores el entrenamiento es una parte esencial en busca de mejorar su desempeño, competir a un nivel más alto y exigirse más. Hay distintas formas de potenciar el rendimiento a través del entrenamiento, fortaleciendo los músculos esenciales que se necesitan para correr y además, trabajando en la resistencia, sistema cardiovascular y, por supuesto, mejorar el tipo de zancada que van desarrollando. Todo esto, con la intención de dar un paso al siguiente nivel en sus vidas como corredor.

Correr por cuestas
Entre tantos métodos, uno de los que están siempre como primeras opciones de los corredores está correr por cuestas. A grandes rasgos, se trata de conseguir un camino con una pendiente que tenga cierta inclinación e ir a entrenar en ella, realizando distintas series, variando la intensidad, distancia y esfuerzo empleado.

Por supuesto, las variantes de este entrenamiento son amplias, pueden modificar los tiempos y la inclinación del terreno para ir exigiéndose más conforme pase el tiempo. En general, sirve para trabajar sobre la fuerza y resistencia del corredor. Además, suele ser usado por aquellos corredores que sienten monotonía en su rutina y necesitan darle un giro a su entrenamiento.

Al mismo tiempo, el entrenamiento por cuestas significa asumir en nuevo reto en la rutina de cualquier corredor, haciéndose más eficiente y añadiéndole una nueva modalidad de hacerse más resistente en su entrenamiento. También, este tipo de entrenamiento tiene distintas ventajas que es importante repasar para aclararlos frente a quienes están interesados en aventurarse en él.
Beneficios de correr por cuestas
El entrenamiento por cuestas significa una forma de trabajar en la resistencia del corredor a través del dinamismo, experimentando en un nuevo terreno, sin embargo, los beneficios trascienden esto y van mucho más allá para ayudar al corredor en distintas etapas de su entrenamiento.

Para comenzar, es una forma muy útil de prevenir lesiones. Por supuesto, entrenar bajo esta modalidad le aporta al cuerpo la costumbre a un nivel más alto de exigencia, haciéndolo más resistente frente a las condiciones más difíciles, de esta forma, quienes tienen como parte de su entrenamiento el aventurarse por cuestas, tienen menos posibilidad de sufrir una lesión en aquellas zonas que requieren de un cuidado particular, todo esto, gracias a su fortalecimiento.

Al mismo tiempo, el entrenamiento por cuestas ayuda a trabajar en el nivel de elasticidad y adaptabilidad del tobillo. Todo esto, gracias al tipo de zancada que requiere el hecho de correr sobre una pendiente inclinada, sin dudas, un tobillo más fuerte se traduce en menos posibilidad de sufrir lesiones en esa área y menos fatiga cuando se enfrente a terrenos planos.

A su vez, trabaja enormemente en la capacidad pulmonar y la forma de aprovechar las respiraciones mientras se está corriendo. Inevitablemente, la exigencia respiratoria en el entrenamiento por cuestas es mucho mayor que en condiciones regulares, en consecuencia, se desarrolla una forma más óptima de consumir el oxígeno. Sin dudas, esto resulta muy provechoso para aquellos corredores de distancias largas que necesitan de una buena capacidad pulmonar para recorrer muchos kilómetros sin fatiga.

El hecho de que el entrenamiento por cuestas tenga un nivel más alto de exigencia para los músculos, se traduce en un gasto calórico también mayor. Es decir, este tipo de entrenamiento es una excelente forma de quemar calorías y grasas mientras se entrena y fortalecen los músculos. Así, sirve para bajar algunos kilos que se tengan demás y convertirlos en masa muscular. Ahora bien, también quiere decir que, se debe tener una alimentación que se corresponda con el consumo calórico que este tipo de entrenamiento demanda.

Por otro lado, cuando se entrena de esta forma, la pisada se hace más polivalente precisamente por las condiciones e inclinación del terreno. Así, se aprende a correr en distintos terrenos y le añade una marca a las habilidades como corredor. Asimismo, se mejora enormemente la técnica de carrera al tener zancadas más amplias, fuertes y eficientes, todo esto, a partir de la exigencia a la que conlleva el entrenamiento por cuestas.

También, al exigirse más, mejorar la pisada, tener un consumo de oxígeno más eficiente y enfrentarse a nuevos terrenos y retos; es una realidad que los tiempos personales se harán mejores a partir de un aumento en el nivel de exigencia en el entrenamiento. Por supuesto, este tipo de entrenamiento representa solo una etapa en la preparación de los corredores para las grandes distancias.

A su vez, al mejorar en distintos aspectos de la vida como corredor, la motivación se hace parte de los beneficios que tiene el entrenamiento por cuestas. Al ver los resultados positivos que este tiene, inspira a los corredores a ser cada vez mejores y los ayuda a incentivarse a afrontar nuevos retos para mejorar cada día. Además, sirve para darle dinamismo a la rutina de entrenamiento al incluir una nueva modalidad en un espacio totalmente diferente con un ritmo distinto al que se está acostumbrado.

Ahora bien, como se mencionó al principio, el aporte más importante que tiene el entrenamiento por cuestas es el fortalecimiento de los músculos de las piernas, en particular, de las pantorrillas. Entonces, ayuda a que la fatiga sea cada vez menor al enfrentar distancias más largas, lo que se traduce en mayor resistencia, allí se encuentra el atractivo de esta modalidad. Al mismo tiempo, es una buena forma de complementar el entrenamiento de fuerza que realizan los corredores para las piernas, pero no lo sustituye.

Sin duda, el entrenamiento por cuestas ayuda a las piernas a ser más resistentes, en consecuencia, se mejora la velocidad al momento de correr en distancias más prolongadas. Sin embargo, también es una excelente forma de potenciar la calidad en el desempeño de los corredores de distancias cortas, quienes trabajan más en su capacidad de sprint y no tanto en la resistencia como los corredores de fondo.