Boston Marathon 2022: «Pasé Heartbreak Hill en el tiempo que quería, pero en el kilómetro 34… PLAN B!!»

Soy Ricardo Olivares, el «Negro Olivares» para muchos, soy maratonista amateur y pertenezco a Teampro. Este lunes corrí por segunda vez el «Boston Marathon», el maratón de los maratones.

Ese día estaba parado en la línea de partida, a segundos de comenzar a correr, y recordé por un instante cómo había comenzado todo… Hace seis meses atrás, cuando tomamos la decisión de participar en Boston nuevamente, lo hablamos con el coach y nos pusimos a trabajar desde ya, «Kuto» planificando un intenso y detallado plan semanal. Levantadas temprano, saliendo de la casa a las 6 AM para encontrarme con parte de mis compañeros de equipo. Unos preparaban París, otros Boston, con la misma intensidad y un gran foco, la meta.

Empecé a entrenar desde tres días a la semana a seis días a la semana. Con mucho corazón, alrededor del 80% y un 20% de intensidad. Solo hice el ritmo maratón en los 21k de Melipilla, que salieron según el plan.

El equipo siempre estuvo alentando y apoyando, ya que cada vez estaba más cerca del tan ansiado maratón. El proceso comenzó con 55k a la semana, y las últimas semanas estábamos en los 125k por semana. El cuerpo lo sabe, y mis hijas con mayor razón, me decían «Estás muy flaco papá».

A solo tres semanas del maratón me resentí del soleo y el gemelo derecho, y con Danilo (@masoterapeutadanilo) y Kuto tratamos de abordar y soltar la lesión con mucho masaje. Tuve que tener mucho descanso en las tres semana finales y solo quedaba espera el maratón. Tenía todo coordinado pasajes, hoteles, alimentación, regalos y los famosos encargos…

No sé cómo, pero de un momento a otro me vi parado ya con mi maleta y la mochila listos para ir al aeropuerto, con mi hermano Pablo y mi pareja Geraldine.

Fue un trayecto que se me hizo muy corto y muy conversado. En el camino repasé el maratón, y me sentí agradecido por participar nuevamente de este gran evento. Me despido de ambos con un gran abrazo a los dos, y un enorme beso a mi pareja que ha sido vital en este proceso, y en mi vida.

En el aeropuerto publiqué mi partida a Boston y comencé a sentir el cariño y apoyo de muchos de mis colegas corredores… Eso me llenó el corazón de alegría.

Tomé un viaje directo a Nueva York, y para mi mala fortuna, me toca al lado una mujer con guagua de un año, e inquieta. Fue un viaje intenso jajajajaja… En Nueva York me trasladé en el Airtrain a Manhattan, y tenía solo un día para mí, para reflexionar y repasar nuevamente la carrera.

Al día siguiente me encuentro con Kuto en Penn Station listo para tomar el tren de Nueva York a Boston. Un abrazo fraterno con mi coach y amigo, y viajamos cuatro horas, nuevamente hablando de la prueba y lo privilegiados que éramos, pero yo le señaló que nadie nos regaló el tiempo, que lo conseguimos con sudor en el asfalto de cada entrenamiento.

Llegamos a Boston, dejamos rápidamente las cosas en el hotel y nos fuimos corriendo a la Expo, queríamos el dorsal y nuestro polerón de inmediato jejeje…


Al día siguiente nos encontramos con Álvaro Montoya y Magda Cortés, la quinta integrante de Teampro, Ingrid Schulzl, había cambiado de hotel, así que pronto completamos el grupo, donde siempre hay muchas risas, palabras de aliento, y los últimos detalles sobre el maratón.

En un abrir y cerrar de ojos, llegó el momento de correr. Ola 1 – corral 4, pasan los aviones, entonan el himno nacional de USA, pistola, disparo al aire y a CORRER!!!!


Los primeros cuatro kilómetros son de bajada, por lo que sí o sí debes regular la velocidad, del 5k al 26k ideal mantenerse en tu ritmo de carrera, pero también te encuentras con subidas y bajadas que te van machacando, y del 26 al kilómetro 33 el famoso Heartbreak Hill , rompecorazones, y ahí tiene que salir el entrenamiento de todas esas mañanas que te levantaste temprano, el dejar de lado muchas cosas o compromisos, etc.

Pasé el rompecorazones en el tiempo que quería, pero en el kilómetro 34 me vuelve el dolor en el soleo y el gemelo, Plan B… Sabía que si me iba a menos de 5 minutos el kilómetro igual iba ser «Sub3h», y eso me propuse, el dolor cada vez era más fuerte y se sumó el dolor en los dedos del pie derecho, coágulos de sangre, todo mal. Boston es un maratón que no te suelta nunca!!

Solamente quedaban 5k y estaba en el parque, siento que hay mucha gente alentando en todo el recorrido, como nunca en esta carrera, por lo tanto solo debía terminarla. Sigo en el plan, y siento que a pesar de todo era un privilegio estar corriendo por esas calles, no puedo parar me repetía una y otra vez.

Viene la última subida del kilómetro 40, y el famoso paso nivel que te indica que ya estamos llegando, que quedan pocos metros, la sensación cambia y veo que viene la vuelta en Bolyston, doblo y veo la meta como a 500 metros… Ahí dije: debo al menos trotar, ponerle más fuerte, y eso hice. Cojeaba, pero continuaba trotando fuerte, total después hay días para recuperarse… Veo el reloj que marca 2h 55:20 y la emoción fue tremenda al cruzar la meta de este gran MARATON. FELICIDAD TOTAL de lograr otro unicornio. La madre de los maratones!!


Luego de cruzar la meta casi no podía caminar a buscar mi ropa, el frío se había puesto mucho más intenso, pero el calor que transmitía la gente superaba todo malestar. Paraba y seguía, paraba y seguía, mientras contemplaba el ambiente entre los corredores que era maravilloso… Solo puedo terminar dando las GRACIAS por vivir una vez más esta experiencia!!

Gracias @geraloliveros ❤️

Gracias a mi equipo @teamprochile

Gracias @kutoflash

Gracias @franolivaresbc

Gracias @inaolivaresc

A mi familia y amigos!!