BOSTON MARATHON 2022: «En el kilómetro 35 bajé la cabeza y pensé en parar, pero escuché un grito…»

Soy Jonathan Barrera, maratonista, y entreno en Santiago Runners. Para estar presente en «Boston Marathon», viajé el viernes en la noche pensando llegar el sábado en la mañana y poder retirar el kit de competencia temprano, pero el destino me tenía preparado algo distinto, ya que me cancelaron el vuelo de Miami a Boston a las 6 de la mañana. Luego quedé en lista de espera de dos vuelos más, pero el aeropuerto estaba lleno de atletas que estaban igual que yo… Cuento corto, recién viajé a Boston a las 18:00 horas, muy cansado y con el día perdido en el aeropuerto, pero sabía que eso ya me haría más fuerte para correr el lunes, así que siempre vi el vaso medio lleno. Sabía que todo lo que pasara jugaría a mi favor.

El domingo salí a entrenar normal y luego a retirar el número de competencia, miles de personas iban a buscar lo mismo que yo, no sólo un número, sino más bien la coronación de un proceso, ojalá todos lo hayan logrado.

El lunes me levante a las 5 AM, unas tostadas y un té fue mi desayuno, y a tomar el metro para llegar al punto de encuentro a las 6:45 hrs.
Ahí salían buses para el punto de partida, mi corral era el número 2, ya en el bus se veía que correr un maratón es una gran distancia, esperamos unas horas en un gran colegio cerca de la partida que comenzaba a las 10:00 en punto, y acá mi experiencia más linda… Partí nervioso y concentrado, el primer kilómetro lo corrí en 3:40, y el segundo kilómetro en 3:50. Yo sentía que había corrido con la misma intensidad ambos, pero el terreno es tan disparejo, de subir y bajar, que me dije a mi mismo, «si sigues mirando el reloj por cada kilómetro te desgastarás, no disfrutarás y si no logras mantener el ritmo te frustrarás», en ese momento no mire más mi reloj, solo mire el público y saqué mi primera sonrisa, la gente lo notó y me comenzó a gritar CHILE!!!
Cada vez que me gritaban yo les empuñaba mi mano y ellos lo celebraban, luego disfruté de chocar las manos con los niños a las orillas del camino, ellos se ponían muy felices, tal vez pensaban que yo era algún corredor importante, y volvía a escuchar el CHILE, CHILE nuevamente. A esa altura mi sonrisa no desaparecía de mi cara, ya me sentía un protagonista de este evento, incluso otros corredores reconocían lo qué pasaba y me decían «CHILENO la gente te quiere», yo disfrutaba cada metro que recorría…

Después de subir y bajar tantos kilómetros mis caderas me dolían, mis piernas estaban cansadas, y en el kilómetro 35 bajé la cabeza pensando por un segundo que debía parar para que se me pasaran los dolores, pero adivinen jajajaja… Nuevamente escuché un grito muy fuerte de «CHILEEE « y nuestra bandera en el público, una joven me gritaba como loca VAMOS CHILENO TU PUEDES!!
Fue mi segundo aire, levanté mi cara, sonreí y grité un C-H-I con ella para retribuir su energía… Eso me trajo de vuelta en la carrera, me impulsó a seguir corriendo, y comencé a entrar en ritmo nuevamente. A esa altura pasaba y pasaba competidores que ya venían exhaustos por el desgaste, yo estaba con energía, corriendo mejor, y festejando con todo el público, era increíble, me veían feliz y lo aplaudían, gente de muchos países conmigo, ellos alentando, gritando y aplaudiendo, y yo corriendo feliz y fuerte.

Llegando a la meta empuñé mi mano, miré a todo el público y luego abrí los brazos. Lo celebré con todos y me sentí como un gran corredor o mejor aún, como un GRAN MARATONISTA, exponente de la salud y el deporte en un país que no es el mío, pero me hizo sentir más CHILENO que nunca, ellos vieron mi esfuerzo por 2 horas y 41 minutos a tope, hoy me siento feliz, me siento exitoso, me siento un ganador pleno!!